Una sastrería que formó parte de la vida social de una mítica ciudad de Marruecos: Casablanca

martes, 8 de diciembre de 2020

Ortiz: una sastrería en la historia de Casablanca (1933-1982)

Los hermanos Pedro y Santiago Ortiz Quevedo, nacidos en Velez-Blanco (Almería, España), se establecieron primero en las ciudades marroquíes de Nador (Protectorado Español) y Oujda (Protectorado Francés). Pero desde 1933 hasta 1982 la historia de su sastrería es también la crónica social de una ciudad: Casablanca. Durante esos años, el nombre de Ortiz fue sinónimo de elegancia masculina, aunque también se realizaron trajes para damas. El listado de clientes, desgraciadamente incompleto, es fiel reflejo del carácter cosmopolita, abierto y tolerante de la ciudad: personas de la más diversa procedencia coincidieron en sus salones. Musulmanes, cristianos y judíos.

Pedro Ortiz (izq.) y Santiago Ortiz con sus empleados, en Oujda, en 1932
un año antes de instalarse en Casablanca

Bajo el Protectorado Francés en Marruecos, los hermanos Pedro y Santiago Ortiz vistieron a gobernadores de Casablanca (como Cousté), asistentes del Residente General, diplomáticos, militares, aristócratas y numerosos hombres de negocios, sin olvidar espías y algún que otro gánster.

La sastrería estuvo ubicada en un principio en el número 3 de la calle Capitaine Maréchal.


Publicidad que se proyectaba en los cines de Casablanca

Pero, desde 1935, se ubicó en la 2ª planta izquierda del recién construido inmueble Bendahan, en el número 7 de la calle Bendahan. Un magnífico edificio, levantado por el arquitecto Edmond Brion, considerado uno de los mejores exponentes de ese Movimiento Moderno que daría una nueva fisonomía a la ciudad y convertiría Casablanca en capital internacional de la arquitectura contemporánea.


Inmueble Bendahan en una postal de los años 30.
Una lona anuncia la próxima instalación de la sastrería Ortiz

Inmueble Bendahan, con el rotulo de la sastrería en la 2ª planta

Durante la Segunda Guerra Mundial, la exigente clientela de Ortiz difícilmente aceptaba telas que no fueran de importación, como el excelente tweed inglés. Los tejidos tuvieron que burlar el bloqueo. Recordemos aquí, entre los géneros predilectos de sus clientes, el famoso “Harri´s tweed”, o los tejidos franceses de la firma Dormeuil.

Casablanca bombardeada por los Aliados durante la II Guerra Mundial.
Fotografía tomada desde los balcones de la sastrería

La sastrería mantuvo su actividad durante el mandato del gobierno de Vichy, los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, la entrada de las tropas estadounidenses en 1942, la conferencia de los aliados en Anfa en 1943, la independencia de Marruecos en 1956, el conflicto hispano-marroquí del Sahara y la famosa Marcha Verde de 1975, etcétera.

Los hermanos Ortiz se separaron para tener dos sastrerías. Pedro siguió con el establecimiento de calle Bendahan, donde también abrió una academia de corte, y Santiago a finales de los años cincuenta adquirió la antigua sastrería de otro español, Eumenio Díez -en el igualmente céntrico bulevar de La Gare, en un edificio art-decó construido a principios del siglo XX- a la que también se unió su sobrino Francisco Ortiz Román, hijo de Pedro.

Tras la independencia del Reino Alauita, la clientela mayoritariamente europea dejó paso paulatinamente a una nueva generación de dirigentes marroquíes, muchos educados en Europa y que, aunque mantuvieron la belleza de sus atuendos tradicionales para las celebraciones cortesanas, religiosas y familiares, no rechazaron la elegancia de la vestimenta occidental. Varios primeros ministros (como Karim Lamrani o Maati Bouabid), numerosos ministros (Alami, Benjelloun, Laraki, Medbouh), gobernadores de Casablanca (Ben Aomar, Lyousi), altos funcionarios, banqueros, sin que faltaran varios príncipes de la Familia Real.

Ahora que la confección domina el mercado, es difícil imaginar el sutil mundo de la sastrería de calidad, que mantenía el carácter artesano del acabado a mano, y en la que se desbarataba toda una prenda por un defecto imperceptible. Trajes de todo tipo y de pulcro acabado, ropa para montar a caballo, uniformes militares, puntuales disfraces para algún baile de máscaras, trajes de ceremonia y etiqueta para fiestas en el Palacio Real o en las elegantes mansiones del barrio residencial de Anfa y de su famosa Corniche que tanto se ha comparado con la costa de Niza.

No faltaron anécdotas dramáticas: algunos clientes fallecieron de muerte violenta, en unos años convulsos en Marruecos. El doctor Reinaud, director de La Vigie Marocain, el principal periódico de Casablanca, fue asesinado en los últimos días del Protectorado Francés. También murió asesinado el célebre líder de la oposición, Mehdi Ben Barka, ultimado en París en misteriosas circunstancias en 1965. Y ejecutados otros dos clientes, los generales Medbouh y Oufkir, como consecuencia de sendas conspiraciones contra el rey. Pero son muchos más los momentos gozosos asociados al recuerdo de las sastrerías de Ortiz y de sus clientes.

Pedro Ortiz, junto a uno de sus alumnos

Esta página homenajea a aquel mundo de espejos, escuadras, patrones y tejidos, y a sus artífices Pedro y Santiago Ortiz Quevedo, y Francisco Ortiz Román (hijo de Pedro), a todos sus clientes y, sobre todo, a una bellísima ciudad, Casablanca. Su nombre aún hoy evoca una sociedad sofisticada y elegante, que fue paradigma de la modernidad en el siglo XX.

Francisco y Pedro Ortiz Román, hijos de Pedro Ortiz Quevedo
en la sastrería en Rue Bendahan

Francisco Ortiz Román

Quienes hayan conocido la sastrería y puedan aportar algún dato pueden remitirme un correo electrónico con sus noticias y precisiones. Estamos tratando de reconstruir el listado de todos los clientes; éstos no siempre fueron amigos entre sí o compartieron la misma ideología, pero si tuvieron algo en común: todos vistieron bien.

De izquierda a derecha: tijeras de
Pedro Ortiz, Santiago Ortiz y Francisco Ortiz

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